lunes, 3 de noviembre de 2008

YARU WALLALU ( Inedito )

Madre: Esta mañana puse mi alma en la cabellera de Yaru Wallallu
y sentí que tu rostro se convertía en lluvia de otoño,
en canto de gorriones y lamento de jilgueros,
allí supe que ya habías partido para siempre.

¿Recuerdas al Chumbeke?
Al machu que todas las mañanas nos encontraba,
dibujando nuestros sueños en la tullpa,
mientras el ishky entraba a nuestro patio con su:

“Imapala urpi,
te habré conocido,
antes de conocerte,
antes de conocerte
wañukuyman karqa”.

Ahora todos han partido y bailan en el corazón de Yaru.

¿Sabes? Esta mañana pude comprender, quizás descubrir
que el crepúsculo está llegando a mis ojos,
mientras mi cabellera adquiere forma de Yaru,
y lentamente va llegando el manto de un silencio sin nombre.

Esta mañana supe que lo eterno no existe y que el tulumanya,
señala el camino de una vida que tú construyes o destruyes ,
en fin, supe que soy runa de las altas cordilleras ,
donde el sol se cuelga en las nubes y se esconde como un niño,
mientras llega el mamap takin del Yaru.

Supe que uno puede diseñar historias en blanco y negro,
dibujar sueños en el vuelo del hermano cóndor,
pero mientras haya, dolor, hambre y miseria,
el canto soñado por los hombres
será una agonía sin final,
quizás un manantial escondido del Yaru,
mientras los maqtillos se reparten un pedazo de pan en la calle.

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